¿Cómo son y dónde aparecen las fisuras y grietas? 

Pueden ser producidas por movimientos, ya sean estructurales, térmicos o por una incorrecta puesta en obra. Los más comunes, son: 

Grietas horizontales en el encuentro con el forjado: que se produce en el punto de unión del peto de cubierta y el elemento estructural horizontal. 

La causa posible de aparición de esta lesión es la dilatación del elemento horizontal, que recibe la radiación solar y empuja al peto que descansa sobre él o está en contacto, produciendo la rotura por el punto más débil. 

Grietas verticales en petos o aleros: localizadas en paños intermedios o en puntos más débiles (esquinas o uniones con pilastras) de petos o aleros. 

Las causas posibles de aparición de esta lesión, pueden ser: 

• Ausencia de juntas de dilatación verticales en los petos, ya que al contraerse después de una dilatación, aparecen las grietas verticales. 

• Movimientos elásticos de la estructura portante. 

Fisuras en petos: superficiales en forma de mapa o verticales paralelas. 

La causa posible de aparición de esta lesión es la influencia de los cambios de humedad en los materiales porosos que componen el elemento. Estos, absorben el agua de lluvia y al secar de modo relativamente rápido, debido a su exposición, provocan fisuración superficial. 

Fisuras en material de cubrimiento: generalizadas afectando al material de acabado. 

La causa posible de aparición de esta lesión son las retracciones y dilataciones producidas por cambios de temperatura. El material de cubrimiento, está sometido por incidencia de los rayos del sol a un aumento de volumen, lo cual, si no existen las adecuadas juntas de dilatación centrales o de contorno, puede dar lugar a levantamientos de las baldosas. 

Si por el contrario, el tiempo es más o menos frío aparece una retracción interna lo que puede provocar, dependiendo del material de agarre e incluso de base, la aparición de fisuras. 

¿Cómo solucionar las fisuras y grietas en cubierta? 

En general estas lesiones no revisten gravedad. Si la causa se debe a movimientos elásticos de la estructura portante, la gravedad de la misma dependerá del daño estructural. 

Las lesiones producidas por humedades en cubiertas, pueden prevenirse siguiendo las siguientes recomendaciones de buenas prácticas del usuario: 

Grietas horizontales en el encuentro con el forjado: Con el fin de evitar la lesión, conviene colocar una junta de dilatación perimetral, de un tamaño suficiente para poder dejar libre de movimiento al elemento horizontal. Si incluso con esta medida de juntas aparecen grietas horizontales, para prevenir que la grieta venga a más: 

• Marcar la grieta de forma regular, como si se tratase de una junta de dilatación, con su correspondiente sellado

• Tapar la grieta con un nuevo elemento constructivo horizontal tipo imposta, colocado de tal manera que siga permitiendo el libre movimiento del peto y nos tape y selle la grieta.

Grietas verticales en petos o aleros: Para reparar la grieta y evitar que vuelva a aparecer, se deben marcar y tratar como juntas de dilatación las grietas verticales que aparecen en los tramos intermedios de los petos. En el caso de que se hayan producido las grietas en las esquinas, se debe marcar la junta de dilatación en uno de sus lados (preferentemente el memos soleado) y reforzar los bordes. Si se han producido por movimientos elásticos de la estructura, se debe apuntalar la misma o independizar el movimiento entre esta y el peto.

Fisuras en petos: pasaría por utilizar revocos de muy bajo coeficiente de absorción, o incluso la aplicación de algún tipo de sellante o hidrofugante sobre el mismo revoco. 

Fisuras en material de cubrimiento: habría que formar juntas donde la lesión las ha marcado y despiezar la cubierta en paños de superficie entre 25-100m2, para evitar movimientos que no se puedan compatibilizar con la lámina impermeable. 


En caso de fisuras en el material de cubrimiento de cubierta, despiezar en paños mínimos de: 25 m2

Para evitar movimientos excesivos despiezar la cubierta en paños de superficie máxima de: 100 m2

 

En el caso de cubiertas en las que se detecten grietas o fisuras, nunca se deben reparar las mismas sin previamente detectar la causa que ha producido la lesión. Una vez eliminada dicha causa, se podrá proceder a la corrección del efecto, siguiendo normas de correcta ejecución. Si no se procede de está manera, las lesiones volverán a aparecer en el mismo lugar. 

Es por ello que en intervenciones de cubiertas, se recomienda contactar con un técnico para asegurar que detecta el verdadero origen de la lesión y poder eliminarla.