Sustituir bañera por ducha, grifería de fácil uso, barras de apoyo y espacio de inodoro 

La entrada y salida de la ducha puede resultar una operación de gran dificultad y riesgo para personas con movilidad reducida, mayores o niños. Por eso, una de las principales medidas que podemos adoptar para mejorar la accesibilidad es sustituir la bañera por una ducha. Si es posible, la ducha debe quedar enrasada con el suelo del resto del baño, y con una pendiente hacia el desagüe no mayor al 2%. El suelo debe ser antideslizante y, en el caso de que no se disponga plato de ducha, estar impermeabilizado. Para realizar las transferencias desde la silla de ruedas, la ducha debe contar con un espacio lateral de anchura mínima igual a 80 cm, y tener un asiento. Para evitar salpicaduras en el suelo del baño es recomendable colocar mamparas o cortinas. 

Para realizar las transferencias desde sillas de ruedas, el inodoro debe contar con un espacio lateral de anchura mínima igual a 80 cm y la altura del asiento debe estar comprendida entre 45 y 50 cm. Para ello se puede sustituir el inodoro por otro suspendido, levantarlo sobre un pedestal incorporar un asiento elevado (alza). 

La colocación de barras de apoyo en cada uno de los aparatos sanitarios puede ser de gran utilidad, pero sobre todo en duchas y bañeras. Las barras deben ser fáciles de agarrar, de sección circular de diámetro entre 30 y 40 mm y separadas del paramento entre 45 y 55 mm. Deben ser resistentes y estar bien fijadas. Las barras horizontales se suelen situar a una altura entre 70 y 75 cm. 

Las griferías más adecuadas son las automáticas dotadas de un sistema de detección de presencia y las manuales monomando con palanca alargada de tipo gerontológico, que permiten su accionamiento con diferentes partes del cuerpo y son de fácil manejo. 

Su situación debe ser tal que resulte alcanzable por todos los usuarios. En la ducha, el alcance horizontal, tanto desde su interior como del exterior, debe ser como máximo de 60 cm. Las griferías termostáticas permiten un mayor control de la temperatura del agua. Así podemos evitar temperaturas superiores a 40ºC.

 

Las claves suficientes para obrar un baño accesible

El espacio destinado al baño es uno de los puntos de la vivienda más susceptibles de provocar accidentes. A la hora de reformarlo merece la pena integrar el diseño con criterios que garanticen durante su vida útil las mejores prestaciones en accesibilidad y seguridad. 

 

La vida útil del baño se alarga en los años. Durante este tiempo las necesidades de los miembros del hogar alteran con el tiempo, desde niños, personas mayores, lesiones que limitan la movilidad de forma transitoria, etc… Para que permita el paso de una persona en silla de ruedas la puerta debe tener una anchura mínima de 0,80 m. Debido al reducido espacio y el peligro de que las personas puedan caer y quedar atrapadas en el baño, es aconsejable que la puerta no se abra hacia el interior de la estancia, sino que se abra hacia el exterior o que sea corredera o plegable. 

Para facilitar las maniobras de paso, debe existir a ambos lados de las puertas un espacio horizontal libre de obstáculos y del abatimiento de las puertas, donde se pueda inscribir un círculo de diámetro 1,20 m. Para evitar que las personas queden encerradas, deben poder desbloquearse las cerraduras desde el exterior. 

El baño debe ser espacioso. Para permitir el giro de 360º a una persona en sillas de ruedas, debe existir un espacio de diámetro 1,50 m libre de obstáculos, considerando los aparatos sanitarios y el mobiliario y fuera del abatimiento de las puertas. Si no es posible ampliar el recinto del baño, podemos eliminar el bidé para conseguir mayor espacio e incorporar una ducha higiénica junto al inodoro, o un inodoro con ducha incorporada. Según el caso, puede ser suficiente un espacio libre de diámetro 1,20 m, que puede invadir la zona inferior del lavabo, si queda una altura libre de 0,70 m desde el pavimento hasta su superficie inferior, y el abatimiento de las puertas. 

El pavimento no debe ser deslizante en seco ni mojado (clase 2). Para distinguir fácilmente los objetos que puedan caer, se recomiendan los colores uniformes. 

Para permitir el acercamiento en sillas de ruedas, el lavabo debemos disponerlo de forma que su cara superior quede como máximo a una altura de 85 cm y tenga un espacio libre inferior de al menos 70 cm de altura y 50 cm de profundidad. No debe tener pedestal. Otra opción es la disposición de lavabos regulables en altura.


La ducha enrasada con el suelo presentará un desnivel inferior al: 2%

El baños dispondrá de un diámetro libre de obstáculos mínimo de: 1,2 m.

Según la encuesta sobre la discapacidad realizada por el INE, el baño es el recinto de la vivienda que mayores dificultades de utilización supone. En general, esto se debe al espacio reducido, así como a la distribución de los aparatos sanitarios. 

Muchas personas (mayores o con alguna discapacidad sobrevenida) ven que repentinamente no pueden acceder o utilizar el baño de su vivienda y tienen necesidad de reformarlo.


PROMUEVE: ANDIMAC

CONTENIDOS ELABORADOS A TRAVÉS DEL MATERIAL DE: www.calidadentuvivienda.es 

Con esta iniciativa los principales distribuidores y fabricantes queremos que las empresas reformistas, instaladoras, los profesionales de la obra (albañiles, escayolistas, instaladores, etc…) que apuestan por su trabajo, que se sienten orgullosos de su labor, descubran una nueva dimensión de su trabajo, que no es poner ladrillos, instalar griferías o colocar cocinas, sino ayudar a la gente a tener mejores casas y ser más felices en ellas.