Degradación biológica de los revestimientos 

Los microorganismos que constituyen las algas y el moho, cuando encuentran las condiciones físico-ambientales adecuadas, son capaces de infestar rápidamente las paredes interiores de las habitaciones provocando su rápida degradación. 

El deterioro de las superficies se manifiesta con daños físicos en las paredes, aunque también puede afectar a la salud de las personas que vivan en ese ambiente, dando lugar a: 

- Formación de manchas antiestéticas negras y verdosas; 

- Penetración de micro-organismos y liberación de metabolitos ácidos con la progresiva caída del revestimiento; 

- Retención de agua por parte de algas y penetración de éstas en fisuras formadas en el revestimiento, degradando en profundidad el soporte; 

- Formación de olores desagradables y liberación de esporas alergénicas y micotoxinas, sobre todo en el interior de las habitaciones, con posibles riesgos para la salud. 

La principal condición para la degradación biológica es, en todo momento, la presencia de humedad sobre el revestimiento. 

En el interior, se da la formación de condensación, por lo general, en los puntos fríos de las paredes, y es debida a: 

- Insuficiente aislamiento térmico, 

- Presencia de puentes térmicos, 

- Escasa renovación del aire y, por tanto, poca salida de la humedad producida en el interior de las habitaciones. 

La solución definitiva a las humedades por condensación, tanto en obra nueva como en rehabilitación, pasa por emplear sistemas de aislamiento térmico, que mantengan la temperatura de la pared próxima a la de la estancia, evitando así el salto térmico y la aparición de condensación por temperatura diferencial. 

Alternativamente, la única posibilidad realmente eficaz para contrarrestar la degradación biológica es aquella que permite utilizar revestimientos resistentes a las algas y mohos, llevando a cabo previamente un adecuado tratamiento desinfectante de la superficie, cuando exista la evidencia de un ataque biológico.

Humedad: Condición para desarrollo de algas y moho 

El ciclo de acabados resistentes a la degradación biológica por algas y mohos, contiene aditivos adecuados que permanecen en el interior del revestimiento incluso después del secado, protegiéndolo de la proliferación de algas y mohos.

 

Este sistema para eliminar las humedades debe estar compuesto por un producto de limpieza, un fondo aislante y una pintura de acabado resistentes a la proliferación de algas y mohos. 

Producto de limpieza: 

Preparado a base de compuestos activos anti-algas y anti-mohos, en solución acuosa, para la limpieza de superficies. Los tradicionales productos de blanqueo a base de hipoclorito sódico (lejía) o las sales cuaternarias de amonio, además de no contrarrestar la proliferación del moho hasta las raíces o las hifas, su permanencia en el muro podría llegar a degradarlo; es por ello que deben lavarse posteriormente con agua, a diferencia del limpiador del sistema, que elimina el moho hasta la raíz o hifas, pudiendo permanecer en el soporte sin dañarlo, gracias a la compatibilidad del principio activo con el revestimiento posterior. 

Imprimación: 

Fondo aislante resistente a la proliferación de algas y mohos, a base de silanos y siloxanos en emulsión acuosa. Asegura una película resistente a los microorganismos. Trata en profundidad del soporte, gracias a su elevado poder de penetración. Homogeneiza el soporte y promueve la adhesión. Es inodoro, no contiene disolventes. 

Acabado: 

Pintura resistente a la proliferación de mohos y algas, a base de resina siloxánica en dispersión acuosa, para interior y exterior. Formulación con agentes biocidas para una acción sinérgica que garantice la resistencia del acabado a un amplio espectro de agentes bacteriológicos. Elevada permeabilidad al vapor de agua y baja absorción de agua, para una notable reducción de la humedad de las paredes, primera condición para retrasar el desarrollo de algas y mohos. Baja retención de la suciedad. Agradable efecto estético. Producto no tóxico. Amplia disponibilidad cromática. 


Una familia de 4 personas, en su actividad cotidiana, produce una cantidad de vapor de agua > a: 10 litros.

 

La cantidad de vapor que se migra a través de la estructura del muro es del orden del (0,1-0,3 g/h/m2): 1-3%

 

Es muy importante que las viviendas estén aisladas térmicamente y que se realice una buena renovación del aire en las mismas para que no se produzcan humedades en el interior de las viviendas o locales. Pero si no podemos ampliar o mejorar el aislamiento térmico o modificarlo podemos combatir las humedades producidas por condensación mediante acabados resistentes a la degradación biológica para los revestimientos interiores.


PROMUEVE: ANDIMAC

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